Nos sentimos llamadas a reflejar con nuestra vida el Dios de Jesús, que es Amor, Belleza, pura Gratuidad.
Deseamos encarnar el Solo Dios basta teresiano, de modo que provoque interrogantes y despierte el anhelo por Dios que se esconde en todo corazón humano.
Nuestra casa es espacio de silencio, oración y encuentro donde acoger y acompañar a quienes buscan luz en su camino y se preguntan sobre la vida y la fe.
Inmersas en una sociedad donde el afán de poder, la competitividad y el utilitarismo son predominantes, proponemos un modelo alternativo de convivencia, en el que el ser tiene preferencia frente al hacer o al tener, y que no surge de meras afinidades humanas sino de la adhesión profunda a Jesús. La amistad con Él nos va sanando del egocentrismo posesivo y nos abre a los demás para ayudarles a ser en plenitud. Así, pretendemos lanzar al mundo un mensaje de paz y amor: es posible vivir como hermanos.
CARISMA